Sector rojo
El caso es que hacia un frío del carajo y una oscuridad punteada de estrellas.
Lo primero que me pusieron en la frente fue un frontal y enseguida empezamos a caminar, nos esperaban 29 kilómetros de ermitas, caminos, cruceros "in memoriam" de extrañas muertes, barrancos, riscos inmensos...
A mis pies la luz de mi frontal me indicaba dónde dar el siguiente paso, en la distáncia la luz blanca del frontal delantero señalaba el camino a seguir, a ambos lados sombras del bosque y oscuridad.
Me he dado cuenta que si, mientras caminas por el bosque oscuro, piensas en él , este cobra vida y se puede oír su respiración y sus latidos, cosa que me produce por un lado verdadero pavor y por otro ligereza en las piernas para no alejarme mucho del que va delante ni de su luz , aunque este lleve un ritmo infernal.
Para apartar de mi mente al bosque obscuro, pensé en los faros que como mi compañero, tienen una luz que guia a los barcos a través de recorridos peligrosos, las Luces de sector ; dependiendo de donde estás situado, si ves la luz del faro blanca es que vas por buen camino, si la ves roja debes cambiar el rumbo ipso facto pues estás en el Sector rojo.
En las cartas marinas están bien detallado los faros que disponen de estas luces y el tamaño de los sectores . Lugares tan paradisíacos como las playas de Waikiki (Hawaii), disponen de un faro de tal guisa para guiar a las embarcaciones lejos de los peligrosos y bellos arrecifes.
De repente caí en la cuenta que en la piscina también hay sectores de color!, no es que en mi piscina haya apartheid, aunque la verdad es que no he visto a nadie de color aún en ella, todo lo contrario la gente suele llevar una piel bastante translúcida, pero es lo que tiene el estudiar y/o trabajar, que te toca poco el sol, pero apartheid no hay.
Los sectores a los que me refiero son las corcheras de los carriles, blancos en el centro , indicando que queda piscina por delante, en principio sin obstáculos, aunque alguna vez confiada he chocado con alguien que venia de frente, y rojas al acercarse a la pared.
Hay que estar pendiente del cambio de color del corcho de blanco a rojo, sino clavas el brazo o la cara en la pared y no sé si duele mas el golpe físico o el golpe al orgullo. Sobretodo si nadas de espalda, a la mínima que se avista el corcho rojo hay que pensar que se está en zona peligrosa.
Los nadadores de pro, creo, tienen contadas las brazadas que hacen en cada largo y no necesitan de corchos rojos ni blancos, pero bastante tengo yo con llevar la cuenta de las piscinas, como para llevar encima doble contabilidad.
Es esas estaba yo, cavilando y siguiendo la luz blanca durante varios kilómetros de subida sofocante, en silencio, resoplando, cuando de repente se paró y me enfocó a la cara....
....Delante ... las siluetas recortadas en la noche indicándome que me girase, "que pasa?" pregunté asustada..mientras me daba media vuelta..vi ante mi una luz roja, grande extensa ... "Este es el motivo de haber salido tan pronto, para que vieses esto"...
Esta vez, la luz roja mostraba .....uno de los amaneceres mas bellos que he visto.
Hicimos los kilómetros restantes , cinco horas, con la luz del sol débil al principio y débil al final, en invierno ya se sabe, ...29 kilómetros de ermitas, caminos, cruceros "in memoriam" de extrañas muertes, barrancos, riscos.... inmensos...